El propósito de esta página es que todos los seres humanos, podamos vernos como una sola familia
domingo, 20 de abril de 2025
🌑🌟 Trinchera del alma
🎨 El Arte: Reflejo del Alma y Camino de Elevación
Por Ulises Jesús – Día Mundial del Arte
Mi concepto del arte es simple y profundo a la vez: el arte es la belleza que habita en nosotros y que, al no poder ser contenido, se manifiesta en Múltiples formas . Es una expresión de lo más íntimo del ser. Por eso, cada acto artístico auténtico es, en esencia, un acto de desnudez del alma, una forma de mostrarnos tal cual somos: sensibles, imperfectos, humanos.
Hoy, los medios electrónicos han democratizado la creación y la difusión. Millones tienen acceso a compartir su creatividad, lo cual es valioso. Pero también hemos caído en una sobreabundancia de contenido superficial, muchas veces vaciado de sentido, impulsado por intereses comerciales y egocéntricos.
Géneros como el reguetón, las narco-novelas o el cine comercial de fórmula rápida, si bien reflejan realidades culturales y merecen ser comprendidos en su contexto, no siempre representan lo mejor de nuestra humanidad. Apuntan más a la gratificación inmediata que a la reflexión profunda o al crecimiento espiritual.
Vivimos una época de intercambio cultural sin precedentes, pero cuando los valores económicos dominan, se prioriza lo vendible por encima de lo valioso. Se empujan al olvido tradiciones locales, se diluye el arte verdadero, y en su lugar florece un entretenimiento que perpetúa modelos mentales que poco tienen que ver con la dignidad, la compasión o la belleza.
El arte, en su forma más pura, debería conectarnos con nuestras verdades internas , sirviendo como puente hacia nuestros anhelos más elevados. Por eso, necesitamos rescatar su esencia. Urge promover un diálogo más profundo sobre lo que creamos y consumimos. Necesitamos plataformas que valoren el arte que impulsa la conciencia, la reflexión y la belleza interior.
Desarrollar un público crítico y selectivo es clave. Cuando el espectador busca obras que lo desafíen y lo enriquecen, el artista se ve impulsado a ir más allá de lo fácil, más allá de lo inmediato. Se crea así un círculo virtuoso : un público educado eleva el arte, y el arte eleva a ese público.
Para lograrlo, necesitamos educación artística en las escuelas, espacios de debate, crítica constructiva y acceso real a diversas formas de expresión cultural. Solo así el arte puede florecer como vehículo de transformación personal y social .
Al final, cuando artista y público se encuentran en ese espacio de respeto, exigencia y autenticidad, el arte alcanza su mayor potencia: se convierte en alimento del alma y en impulso para un mundo más pleno y consciente.
Manifiesto del Amor Suave
Elige la autenticidad
El estilo de vida actual se sustenta en la ambición y la competitividad.
Pero el ser humano nuevo no puede construir su vida sobre esos pilares huecos.
Debe desprenderse de las ambiciones banales, de la búsqueda desesperada por la materia y la certidumbre a costa del espíritu.
Eso te esclaviza.
Eso te empujó por un camino que otros trazaron para ti.
Sé auténtico.
Sí, la angustia es el precio de ser uno mismo…
pero también es sabido que nada que realmente valga la pena se consigue sin esfuerzo.
No existe valor más grande que el coraje de mirar dentro de uno mismo
y decidir vivir la vida que TÚ quieres vivir.
El infierno y el cielo no están afuera.
Están dentro de ti.
Tú eliges en cuál vivir
El rostro de Dios en el rostro del otro
—Mahatma Gandhi
Si fuimos realmente conscientes de que cada vez que descubrimos a alguien, estamos descubriendo a Dios, viviríamos de otra manera.
Pero el ego —ese estado de distracción y separación— nos impide ver a Dios en todos y en todo.
Algunos hemos llegado a creernos dueños exclusivos de Dios, como si tuviéramos derechos de autor sobre el Infinito.
Distensión por un momento.
Piensa en esto:
¿Quién soy?
¿Quién crees tú que eres?
En la Biblia, Dios le dice a Moisés:
“Yo soy el que soy”.
Y tiempo después, Jesús afirma:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Sin embargo, se dice que el 95% de las personas pasan el 95% de sus vidas viviendo en la inconsciencia.
E inconsciencia significa eso: vivir sin conocimiento de uno mismo.
No saber quiénes somos.
Y si no sabemos quiénes somos… ¿cómo podremos ver a Dios en los demás?
Entonces surge otra gran pregunta:
¿De dónde vengo?
Quise encontrar una respuesta pura.
Así que le preguntó a mi nieto de cinco años:
—¿De dónde vienes?
Y él, sin titubear, respondió:
— “Del cielo”.
—Y ¿cómo lo sabes?
— “Solo lo sé”.
¡Qué claridad! ¡Qué verdad tan desnuda y luminosa!
Todos venimos de la misma Fuente.
De donde todo proceder.
Y sin embargo… todos somos únicos, irrepetibles.
En toda la creación, y por toda la eternidad, no existirá otro como tú ni como yo.
Dios está en todo.
En lo infinitamente pequeño y en lo infinitamente grande.
En la flor del jardín y en la maleza del monte.
En los negros, los chinos, los altos, los bajitos.
En los hombres, las mujeres, los niños, los ancianos.
En el indio americano y el árabe.
En la elegancia de las mariposas y en la tenacidad de las cucarachas.
Todo procede de Dios. Todo es Dios en manifestación.
Y con eso respondo a la primera gran pregunta:
¿Quién soy?
Soy parte de la Fuente de todas las cosas.
Soy hijo de Dios porque provengo de Él.
Dios se ha encargado de dotarme, al igual que a ti, de todo lo necesario para esta experiencia física.
Lo único que tengo que hacer…
es conectarme con la Fuente .
¿Y cómo se logra esa conexión?
A través del Amor Verdadero.
Ese vínculo, a veces atrofiado por el desuso, se despierta con actos concretos de bondad hacia toda la creación, y en especial, hacia nuestros semejantes.
Cada vez que elegimos amar, ver, comprender, servir…
esa comunión con Dios se hace viva.
Porque Dios no está lejos.
Dios está en el rostro del otro.
Y el otro…
también eres tú.
Amores improbables
La Real Academia define la palabra imposible como aquello que no tiene ni los medios ni la facultad de llegar a ser. Algo cerrado, sellado, clausurado por completo. En cambio, improbable es simplemente aquello que tiene pocas posibilidades, que no se apoya en una razón prudente. Y entre ambos términos, yo me quedo —sin pensarlo dos veces— con la improbabilidad.
La imposibilidad es un portazo en la cara. La improbabilidad, en cambio, es una ventana entreabierta. Duele menos, y sobre todo, permite soñar. Deja espacio para que el milagro se cuele en medio de la lógica, para que lo extraordinario rompa la estadística.
Que David venciera a Goliat era improbable. Que un afroamericano llegara a la Casa Blanca, también. Que el abejón volara a pesar de sus condiciones aerodinámicas era improbable, pero lo hace. El universo, a veces, se ríe de nuestras ecuaciones.
El amor, por ejemplo, es experto en improbabilidades. No se rige por razones prudentes. No entiende de distancias, edades, fronteras, idiomas, ni pasados. El amor nace cuando quiere, en el lugar menos esperado y entre las almas más dispares. Que dos personas separadas por 9 mil kilómetros de agua se conozcan, se escuchen y se amén, es improbable. Pero sucede. Todos los días.
Por eso no me gusta hablar de amores imposibles . Me resisto a pensar que el amor tiene fronteras definitivas. Prefiero llamarlos amores improbables : esos que desafían al tiempo, al espacio, a la lógica, a las heridas del pasado. Esos que, aun teniendo todo en contra, florecen en el resquicio del alma donde todavía brilla la esperanza.
Porque lo improbable es la patria del milagro. Y el amor, en su forma más pura, es el milagro que le da sentido a todo lo demás.
El arte de preguntar
El ser humano, por naturaleza, es una especie narcisista. Hemos colonizado hasta el último rincón del planeta, creyéndonos la cúspide de la evolución. Pero si de resistencia se trata, ese honor quizás le pertenezca a la cucaracha: capaz de vivir meses sin alimento y semanas sin cabeza. Incluso soporta la radiación. ¿Eso no es, acaso, una forma elevada de adaptación?
sábado, 22 de marzo de 2025
🌿La gracia de vivir mi vida🌿
🌿La gracia de vivir mi vida🌿
Por Ulises
A veces, en el
silencio de la meditación, emergen comprensiones que vienen no del pensamiento,
sino del alma. Esta es una de esas. Un sentir profundo sobre lo que significa
la gracia divina, y cómo ha moldeado mi vida.
La gracia de vivir
mi vida
He estado
meditando sobre lo que significa la gracia divina, y he llegado a sentir que no
es un concepto abstracto, ni algo reservado para unos pocos. La gracia es todo
cuanto hace la Fuente para que encontremos el camino de regreso a Ella. Se
manifiesta a diario, en lo pequeño y en lo inmenso, como una energía de amor
que lo envuelve todo.
La gracia no
juzga. Nos permite comprender el perdón. Nos recuerda que somos esperados en
los brazos de la Fuente, sin importar lo que hayamos hecho, sin importar cuán
duros o cerrados hayan estado nuestros corazones.
Pero hablar de la
gracia también es hablar de mi historia.
Durante mucho
tiempo, fui implacable conmigo mismo. Me juzgué con dureza, como si tuviera que
alcanzar una santidad imposible. Tuve estándares tan altos que me olvidé de ser
benevolente conmigo y, por extensión, con los demás. En esa búsqueda, a veces
confundí perfección con espiritualidad.
A lo largo de mi
vida , he sido Y, sin embargo, la gracia nunca me soltó.
A lo largo de mi
vida, he sido testigo tanto de la insensatez humana como de la inmensa bondad
de la que somos capaces. La Fuente, en su misterio, ha ido colocando en mi
camino a personas clave para mi crecimiento, para mostrarme que el amor
verdadero no exige, no castiga: abraza.
Hoy, gracias a la
gracia, puedo verme —y ver al mundo— con ojos nuevos.
Los ojos del amor.
Y sí, mis ojos se
han inundado muchas veces. No de tristeza, sino de asombro y gratitud.
Quizás mis
creencias sean solo eso, creencias. Pero me han sostenido y guiado. No
cambiaría nada de mi vida, porque todo, absolutamente todo, me ha traído hasta
aquí. Siento que este camino apenas comienza, y aún así ya me siento colmado.
La gracia me ha
traído hasta vos, lector, y también hasta este diálogo íntimo con quien
considera un faro en mi caminar. Y por eso, simplemente: gracias.
viernes, 3 de enero de 2025
Una oportunidad a cada instante
Nuestra recompensa por sobrevivir a las Navidades es el inicio de un nuevo año, acompañado de la tradición de los propósitos de año nuevo. Cada enero nos comprometemos con nosotros mismos a cambiar: bajar de peso, dejar hábitos perjudiciales, estudiar algo nuevo, ahorrar dinero, entre otras metas. La idea de un nuevo comienzo es irresistible, una oportunidad para dejar atrás los problemas del último año y avanzar con esperanza. Pero, ¿quién puede realmente determinar cuándo termina lo viejo y empieza lo nuevo? No es una fecha en el calendario, ni un cumpleaños, ni siquiera la llegada del año nuevo. Es un suceso, grande o pequeño, que nos transforma.
En mi caso, he vivido una existencia intensa. A mis 63 años, siento que he acumulado la experiencia de más de un siglo. Mis vivencias han sido variadas y profundas. Algunas estuvieron marcadas por la angustia, pero cada una de ellas me enseñó, me permitió crecer y esculpió al ser humano que soy hoy. La vida, en su inagotable complejidad, siempre ofrece una nueva oportunidad, un comienzo diferente. Lo ideal es que estos cambios nos llenen de esperanza y nos inviten a ver el mundo con una perspectiva renovada, dejando atrás viejos hábitos y recuerdos que ya no nos sirven.
Sin embargo, en medio de este frenesí por el cambio, es importante reconocer que hay cosas que valen la pena conservar. Vivir cada día como si fuera el último, enfocándonos en el aquí y el ahora, nos permitiría experimentar la vida en su plenitud. Este enfoque consciente, guiado por nuestro ser interior, nos invita a elegir con intención y a vivir verdaderamente.
Recuerdo una de esas tradiciones de mi juventud: el beso de medianoche en Año Nuevo. Ese no era un beso cualquiera. Representaba las esperanzas y el romanticismo acumulados durante todo un año. En esos momentos, las campanas marcaban no solo el inicio de un nuevo ciclo, sino también el peso del año que dejamos atrás: las oportunidades aprovechadas y las que se perdieron. A veces, ese beso llegaba con alegría y euforia; otras, la chica elegía a otro galán, y la noche se teñía de tristeza y desaire. Pero incluso en esos momentos de soledad aprendí algo esencial: vivir cada instante como lo que es, un eterno presente.
Como en el cuento de Alicia, donde "siempre es para siempre", cada momento lleva consigo su esplendor único. Incluso en noches difíciles, cuando me hundía en la autocompasión y el desengaño, entendí que cada experiencia, por dolorosa que fuera, era parte de mi aprendizaje, parte de ese lienzo que vamos tejiendo con los hilos de nuestras vivencias.
Vivir en el ahora, disfrutar de cada experiencia, nos permite apreciar la vida en su esencia: un flujo constante de instantes. Podemos medirla en años, meses, días o horas, pero, en realidad, la vida ocurre en cada latido, en cada respiración. Cada día, cada instante, es una oportunidad para crecer, para vivir, para ser.
jueves, 10 de octubre de 2024
El sendero
He caminado por este sendero,
con los pies descalzos,
sentido el frío de la noche y el ardor del sol.
Años han pasado como el viento que mueve las hojas,
y, en algún momento, me he detenido a mirar,
como un pájaro que contempla el río desde el aire,
preguntándome cuál es su curso,
hacia dónde lleva sus aguas.
La juventud, como una fragancia,
se ha desvanecido del jardín,
y ahora el alma suspira por el descanso,
por la paz que solo la verdad otorga.
Recuerdo los días de mi infancia,
las sonrisas de aquellos que moldearon mi ser,
los colores que pintaron mi horizonte,
como un sol dorado que cae en el ocaso.
El ritmo vertiginoso de la vida se ha desacelerado,
y me siento en la orilla del tiempo,
viendo cómo las olas llegan,
una tras otra,
llevándose consigo la arena de los años.
Y me pregunto: ¿Cuál es el propósito de todo esto?
¿Por qué el dolor y la alegría danzan juntos en mi corazón?
A veces, el dolor se sienta a mi lado,
como un viejo amigo no deseado,
y me cuenta historias de días pasados,
de lágrimas derramadas en noches silenciosas.
Me he visto atrapado en la telaraña de la soledad,
envolviéndome con suavidad,
hasta que mi corazón ha gemido,
como un pájaro enjaulado que anhela el vuelo.
Pero he muerto y renacido mil veces,
cada amanecer es un susurro de amor divino,
una promesa de resurrección.
En cada mirada, en cada gesto,
he visto a los ángeles sonreírme,
y también he sentido el rugido de los demonios,
cuando el ego ha inflamado mi pecho.
Ambos, el ángel y el demonio,
son espejos de mi propio ser,
reflejando las facetas del alma en su búsqueda.
Y ahora, en mi despertar,
he dejado de buscar afuera.
El viaje es hacia adentro,
donde el misterio susurra y la verdad descansa.
Soy un libro que aún escribe sus páginas,
cada día una nueva historia,
cada momento una lección,
cada respiración, un recordatorio
de que la vida es un regreso al Amor
He visto a la gente buena mirar hacia atrás y estar satisfecha de estar en el camino.
No sé si te ocurre lo mismo, pero al mirar en retrospectiva, noto cómo las personas entran y salen de nuestras vidas, siempre dejando una huella, una mezcla de luz y sombras. Algunos han partido de este plano físico, otros se han desvanecido en el tiempo, y algunos aún permanecen cerca. Pero la mayoría ha influido en nuestro crecimiento: nuestros maestros, nuestra familia, los amigos, las parejas, incluso escritores, políticos, actores o músicos. Todos, de alguna manera, nos recuerdan cuál es nuestro camino.
miércoles, 11 de octubre de 2023
Generaciones enteras vivirán por lo que ha hecho
En el otoño de mi vida, me siento un escéptico. Y en cierto modo lo soy. El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero. Pero de algo estoy seguro: si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en el mundo, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad. Nadie les podrá robar ese tesoro.
Libre para elegir el camino a tomar, dicha elección debe ser tomada desde la consciencia, desde nuestro ser interior pues todo cambio es verdadero si se hace desde dentro.
Los miembros de esta generación tendremos que lamentarnos no solo por las palabras y los actos odiosos de las malas personas, sino por los clamorosos silencios de las buenas. Si ves en las redes sociales circulan publicaciones exaltando lo especiales que somos la Generación X, algunos diciendo que la generación Y, Y LA Z son la pesificación de la especie humana, cada uno de nosotros somos responsables de la situación actual en ello se aplica la ley de siembra y cosecha estamos recogiendo la cosecha de lo que hemos sembrado.
Actualmente, dentro de la población activa se distingue entre: ‘baby boomers’, generación X, generación Y o ‘millennials’, y generación Z o ‘centennials’. 'Baby boomers' (1946-1964) Generación X (1965-1980) 'Millennials' o generación Y (1981-1996): ‘Centennials’ o generación Z (1997-2010), mi pregunta está en ¿Quién determina donde comienza una generación y empieza otra?
Vemos como la generación actúa se hunde en la distracción de los móviles, perdiendo el tiempo en videos sin ningún contenido, en cuanto a la música vemos como un genero en especial se ha proliferado su ritmo de bajo contenido con letras que rayan en lo vulgar y ofensivo, el cine se centra mas en los efectos y contenido superficial, las expresiones escritas del arte la literatura y la poesía han sido relegadas a un ultimo plano, mientras que el desarrollo de la consciencia, la espiritualidad sustituidas por una “religión Little” todos quieren ser youtuber, algunos se hacen llamar influencer pero que tipo de influencia son las redes sociales, cuando estas aparecieron pensé que serían un gran avance en las comunicaciones una oportunidad para derribar no solo las barreras físicas sino también las culturales e ideológicas.
Como alguien dijo el problema no es el entretenimiento ni la tecnología es el uso o abuso que se le da a estos pienso que lo justo es lo correcto, sabiduría está en el equilibrio. Cada generación establece sus propios valores y estos cambian con el tiempo, vemos un mundo donde se ha impuesto una cultura sexuada, de todo fácil y rápido intolerante e insensible nos hemos acostumbrado a ver el dolor humano como algo cotidiano y de nuevo me surge la interrogante ¿cuánto de todo esto es nuestra responsabilidad como generación relevada?
Si bien la mayoría de gente en este mundo se encuentra distraída, todavía hay esperanza, somos una minoría y las buenas noticias y las buenas acciones no son las atraen la atención de las mayorías hay quienes dedican sus vidas al servicio a los demás, quienes cuidad y protegen la creación quienes te valoran por lo que eres y por como te ves, mi preocupación como parte de la generación que se va es que clase de mundo estamos creando, que tipo de ser humano habitara la décadas venideras, será una tipo de persona que no distingue le realidad de la ficción, seres que estén mas preocupados por como se ven o que tan grande tengan el trasero o su pene que le estamos transmitiendo a nuestros hijos y nietos?
La primera manifestación de la expresión humana es su cuerpo el cuerpo posee su propio significado. El cuerpo refleja nuestras pretensiones y nuestras esperanzas. Comunica nuestra intimidad al mundo exterior. Por eso cada época, cada generación, exhibe una fisonomía única. Entenderán cual es la diferencia de entre amor y sexo, que el cuerpo es solo un vehículo para desplazarse en este mundo material si bien nuestra generación será recordada como única por todos sus logros, seremos recordados como la generación que fallo en el proceso de relevo.
Con este articulo no quiero juzgar a nadie en particular pues cada uno de nosotros somos responsables de nuestras elecciones y cada uno tiene su propia realidad la cual no es de mi conociendo repito no estoy en contra de los avances tecnológicos, debemos rescatar y apoyar valores y principios que nos permitan avanzar como especie y todo ello solo es posible si este cambio lo hacemos desde el interior teniendo el Amor como guía e instrumento de nuestras acciones
🌑🌟 Trinchera del alma
Cada mañana, el dolor me despierta y me arrodillo ante la vida. No para suplicar, sino para agradecer y decir: "Aquí estoy. Otra vez....
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