viernes, 10 de noviembre de 2017

Jugo de papaya, toronja y nopal – receta saludable






Nuestra receta para una deliciosa combinación de frutas fácil y rápida. El jugo (zumo) de papaya, toronja (pomelo) y nopal (cactus) es delicioso, muy fácil de preparar y muy saludable. La papaya es baja en azúcar, alta en fibra y contiene encimas que ayudan con la digestión. La toronja es baja en azúcar y alta en vitamina C (pero lee esta contraindicación). Y el nopal es un súper alimento rico en fibra, antioxidantes y carotenoides. Este original licuado vegetariano es alto en fibra y bajo en calorías, no contiene colesterol y tiene una cantidad insignificante de grasas. ¡Disfruta de este saludable y refrescante licuado!

Tiempo de preparación de la receta: 10 minutos

Dificultad de la receta: Baja

Ingredientes:
½ taza de agua
½ taza de piña cortada en cubos
½ taza de papaya cortada en cubos
1 pieza de toronja sin cáscara

1 rama de apio
¼ de hoja de nopal

Preparación:

Licúa todos los ingredientes.
Sirve en un vaso frío. Puedes añadir hielo, si lo deseas

Nota: El nopal es un cactus (Opuntia ficus indica), que se conoce en México desde la época prehispánica y ha sido una parte importante de la dieta de ese país. Además de la fruta del nopal, a la que se le llama tuna, la parte que más frecuentemente se consume son las hojas. Después de quitarles las espinas, estas se pueden dorar en una sartén o en un comal o se pueden servir en ensalada con aguacate (palta), cebolla, tomates, cilantro y un aderezo de vinagre y limón. Puedes aprender más sobre este súper alimento en este artículo de Vida y Salud.

La receta rinde: 1 porción

Por porción: 129 calorías; 34.8 g carbohidratos; 1.1 g proteína; 0.6 g grasas; 2.9 g fibra; 22.5 g azúcares; 0.0 mg colesterol

Fuente de la Receta: Jugo de Papaya, Toronja y Nopal en Kiwilimón

Ventajas y desventajas de comer carne de cerdo






Algunas personas evitan comer carne de cerdo (carne de puerco) por razones religiosas o porque la consideran muy grasosa y otros temen contraer algún tipo de enfermedad, principalmente la triquinosis. Por el contrario, hay quienes la consideran una buena opción proteica (proporciona proteínas) que incluso aporta otros beneficios para la salud. Descubre los pros y los contras de este tipo de carne, cuyo consumo a nivel mundial es superior al de otras como la vacuna (de vaca) o la de pollo.

¿Te gustan las costillitas de cerdo? ¿Adoras los chorizos y las salchichas hechas de carne de cerdo? ¿Te fascina el tocino? ¿Se te hace agua la boca con un lomo de cerdo en salsa agridulce? ¿Y qué tal el tradicional lechón o pernil? ¿O el famoso jamón ibérico? No estás solo. Hay muchas personas en todo el mundo que adoran comer cerdo. Pero es probable que hayas escuchado algunas versiones que ponen la reputación de esta carne, en tela de juicio, sobretodo cuando se habla de los efectos que tiene en la salud.

Y es que todavía existen diversos prejuicios relacionados con comer carne de cerdo, a pesar de ser la de mayor consumo a nivel mundial. De hecho, en lugares como Alemania, Holanda y los Países Bajos alcanza los 60 kilogramos anuales per cápita (por persona) y en los Estados Unidos (que es el principal productor y exportador en el mundo) el consumo anual per cápita es de 25 kilos.
Lo que debes saber acerca de la carne de cerdo

Los principales mitos o temores en torno a esta sabrosa comida son que aporta un alto contenido de grasas y colesterol a la dieta y que puede transmitir enfermedades a los humanos, como la triquinosis. Pero esto no es tan así. Por el contrario, el cerdo puede ser una importante fuente nutricional que aporta proteínas al organismo y resulta tan saludable como otras carnes, ya sean carnes rojas o carnes blancas.

Con respecto a las grasas, hay que considerar que los métodos de crianza y conservación de estos animales han variado con el tiempo y se ha logrado disminuir el valor calórico de su carne. Además, se ha probado que algunos cortes específicos de estos animales aportan menos colesterol que las carnes rojas: las piezas más magras proporcionan entre 60 y 80 miligramos por cada 100 gramos, una cantidad inferior que las carnes de cordero o las vacunas.

Esto último ocurre porque la carne de cerdo es rica en grasas monoinsaturadas, un tipo de ácido oleico característico del aceite de oliva, cuyo consumo contribuye a reducir los niveles de colesterol total en la sangre a expensas del llamado colesterol malo o LDL y a aumentar los niveles del denominado colesterol bueno o HDL.

Así, junto con las aves sin piel o el conejo, el cerdo es una buena alternativa de consumo de carne que no implica una ingesta elevada de grasa ni incide de modo negativo en los niveles de colesterol en la sangre.

Pero, ¡cuidado! Esto no se aplica para los embutidos elaborados a base de cerdo, como el jamón, los chorizos y los patés, que sí son altos en colesterol y en grasas saturadas.

Con respecto a la triquinosis, si bien es cierto que la carne de cerdo es la principal fuente de contagio de esta enfermedad, en realidad este parásito también puede ser transmitido a las personas a través de otro tipo de carnes.

Para evitar el contagio de la triquinosis u otras enfermedades, la recomendación es comer la carne de cerdo bien cocida y conservada, para eliminar los parásitos y las bacterias.

Otros organismos que se pueden encontrar en la carne de cerdo (así como también en otras carnes y aves) son la Escherichia coli (e. coli), la Salmonella, el Staphylococcus aureus(estafilococo) y la Listeria monocitogenes.

La buena noticia es que todos éstos se destruyen mediante la manipulación adecuada y la cocción cuidadosa ( o sea, que esté bien cocida), hasta alcanzar una temperatura interna de 71.11 °C.

Por otro lado, cuando compres carne de cerdo, busca cortes que tengan poca grasa en el exterior y que presenten una carne firme de color gris rosáceo. Para que tenga mejor sabor y sea más tierna, ésta debe contener una pequeña proporción de grasa veteada en la carne.

Luego, elige tu receta favorita y olvida todos los mitos en torno a la carne de cerdo, pues si es un corte magro, puede proporcionarte varios beneficios nutricionales.



Ultima revisión: 2017

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Molestias en el estómago: indigestión, acidez estomacal, cólicos intestinales, distensión abdominal







Los síntomas de las molestias gástricas (en el estómago), como la indigestión, la acidez y los cólicos estomacales, normalmente disminuyen en tan sólo pocas horas; pero en algunas personas, la alteración digestiva continúa, convirtiéndose en motivo de constante preocupación. La Mayo Clinic nos informa sobre los problemas de la salud digestiva, los cuales generalmente son fáciles de tratar o controlar.
Muchas causas, muchos tratamientos:

Existen tratamientos para la gran mayoría de los problemas digestivos, como las úlceras, la enfermedad celíaca, la pancreatitis, la enfermedad de Crohn, la diverticulosis, los cálculos biliares y las enfermedades del hígado. Buscar atención médica pronto, en lugar de postergarla, puede ayudar a controlar o hasta curar estas afecciones. Tomar acción pronto también podría evitar que una afección grave se convierta en mortal.
La edad en sí no es el problema:

Las personas generalmente atribuyen sus problemas digestivos a la edad. Cuando uno envejece, se presentan cambios, como por ejemplo, que el estómago pierda su elasticidad y no retenga mucha comida; sin embargo, se puede decir que la repercusión de los cambios propios de la edad sobre la digestión generalmente es sólo leve.
La acidez estomacal (¿podría ser un ataque cardíaco?):

Se recomienda recibir atención de urgencia cuando la acidez estomacal es diferente o peor a lo normal, y específicamente si ocurre mientras se realiza actividad física o viene acompañada por falta de aire, sudoración, mareo, náusea o dolor que se irradia hacia el hombro o brazo.

El corazón y el esófago son vecinos cercanos y comparten las mismas conexiones nerviosas. Ambos pueden provocar un dolor en el pecho que oscila entre leve a fuerte. Por ello, no es siempre fácil distinguir entre acidez estomacal y un ataque cardíaco.
¿Úlcera en el estómago? No culpe a la comida picante:

La mayoría de úlceras se desarrolla por una infección bacteriana, o como efecto secundario de los medicamentos, y no debido a la cena de anoche. El síntoma más común de úlcera es sentir un dolor que roe en la parte superior del abdomen, entre el ombligo y el esternón. El tratamiento generalmente implica la administración de antibióticos y medicamentos para reducir el nivel del ácido en el estómago, brindándole la oportunidad de recuperarse.
Ser “regular”, no quiere decir ir al baño todos los días:

El estreñimiento que es una de las quejas más comunes de los adultos mayores, generalmente se define como defecar menos de tres veces por semana, con heces duras y dolorosas. En contraste, se consideran normales los movimientos intestinales que ocurren fácilmente, aunque sea con un día de por medio.



El estreñimiento podría ser producto de la deshidratación, del uso excesivo de laxantes, del efecto secundario de un medicamento, de un patrón de retraso en las defecaciones, o de alguna enfermedad subyacente. Hacer ejercicio y consumir una cantidad adecuada de fibra en la alimentación puede ayudar. Además, el médico puede recomendarle otros tratamientos, como tomar suplementos de fibra o laxantes.




Mayo Clinic • 8 noviembre, 2017Publicado en DigestiónVida Saludable.

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