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martes, 28 de enero de 2025

ADN: #TodosSomosUno

 







Cuando se descubrió que en las espirales del ADN se encontraba la información que determina las características básicas de cada especie, comprendimos que los rasgos externos de los seres vivos se transfieren de generación en generación y son inmutables. Un árbol de aguacates siempre dará aguacates, y nuestros hijos heredarán parte de nosotros, combinando los ADN de sus padres. Esta realidad nos llena de satisfacción, pero también nos invita a reflexionar.

Aunque el ADN no se puede cambiar, lo que sí podemos modificar son los rasgos que dependen de nuestra educación, creencias y formas de pensar. En la Biblia se afirma que somos hechos a imagen y semejanza de Dios. Esto implica que somos hijos de la Fuente, del Creador, y que heredamos cualidades divinas como el amor, la bondad, el perdón, la compasión y el deseo de felicidad. Estas cualidades están en todos nosotros, esperando ser desarrolladas a través de nuestras decisiones.

El mundo que habitamos nace de nuestros pensamientos y deseos. Todo lo que vemos –nuestra casa, nuestras ciudades, incluso el universo– fue primero concebido en la mente. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿en la mente de quién existimos nosotros? Si todos provenimos de la misma Fuente, debemos recordar que en ella solo habitan la belleza, el amor y la bondad. Así como podemos mejorar nuestras habilidades a través del esfuerzo y la práctica, también podemos cambiar nuestra forma de pensar y de percibirnos, avanzando hacia la plenitud.

Es crucial cuidar nuestros corazones y pensamientos, porque de ellos nace nuestro destino. Este destino dependerá de la cantidad de amor que albergue nuestro corazón. Desde mi fe, el corazón tiene dimensiones sagradas, y una de ellas es el amor al prójimo. Este amor nace de creer que todos somos hijos de la misma Fuente, lo que algunos llamamos Dios.

Hoy, con el desarrollo de las comunicaciones, estamos más conectados que nunca. Se nos presenta una oportunidad única para superar las diferencias culturales, políticas, económicas, religiosas y étnicas que han sido promovidas por quienes desean un mundo separado. La ciencia misma nos demuestra que la separación no tiene base lógica: Todos Somos Uno. Compartimos el deseo de ser felices, de realizarnos y de alcanzar la plenitud.

Sin embargo, los mitos y mentiras contra las personas inmigrantes persisten. Se les culpa injustamente de saturar los servicios sociales, de aumentar la violencia o de ser una carga para la sociedad. Pero la verdad es otra:

  • Los inmigrantes no roban empleos. Muchos ocupan trabajos esenciales que otros no quieren realizar, como la construcción, la recolección agrícola o los servicios domésticos. Además, aportan a la economía mediante el pago de impuestos.
  • No saturan los servicios de salud. Aunque aumentan la población en ciertas zonas, también contribuyen económicamente, justificando mejoras en los sistemas de salud y educación que benefician a todos.
  • No incrementan la violencia. Los problemas como el narcotráfico o la violencia machista son flagelos globales que responden a desigualdades estructurales, no a la migración.

Las barreras físicas y mentales que nos separan no nacieron de nuestra esencia, sino de los intereses de quienes desean dividirnos. Históricamente, las fronteras se crearon para controlar y dominar a las personas. Pero al principio, éramos uno: una sola humanidad, una sola familia. Hoy, el deseo de poder y acumulación nos ha llevado a la separación y al desplazamiento forzado de millones.

En Costa Rica, mi tierra natal, la convergencia de culturas y etnias nos ha dado una riqueza invaluable. Sin embargo, tampoco somos inmunes a las ideas extremistas que siembran xenofobia, racismo y clasismo. Estas ideologías nos alejan de la verdad fundamental: que todos provenimos de la misma fuente.

Como ciudadanos del mundo, es nuestra responsabilidad romper con los prejuicios y cultivar una visión de unidad. Debemos actuar en consecuencia al mundo que deseamos crear, tanto individual como colectivamente. Solo así podremos construir un futuro basado en la paz, la justicia y la conservación de nuestro planeta. Todos Somos Uno.

viernes, 3 de enero de 2025



Una oportunidad a cada instante

Nuestra recompensa por sobrevivir a las Navidades es el inicio de un nuevo año, acompañado de la tradición de los propósitos de año nuevo. Cada enero nos comprometemos con nosotros mismos a cambiar: bajar de peso, dejar hábitos perjudiciales, estudiar algo nuevo, ahorrar dinero, entre otras metas. La idea de un nuevo comienzo es irresistible, una oportunidad para dejar atrás los problemas del último año y avanzar con esperanza. Pero, ¿quién puede realmente determinar cuándo termina lo viejo y empieza lo nuevo? No es una fecha en el calendario, ni un cumpleaños, ni siquiera la llegada del año nuevo. Es un suceso, grande o pequeño, que nos transforma.

En mi caso, he vivido una existencia intensa. A mis 63 años, siento que he acumulado la experiencia de más de un siglo. Mis vivencias han sido variadas y profundas. Algunas estuvieron marcadas por la angustia, pero cada una de ellas me enseñó, me permitió crecer y esculpió al ser humano que soy hoy. La vida, en su inagotable complejidad, siempre ofrece una nueva oportunidad, un comienzo diferente. Lo ideal es que estos cambios nos llenen de esperanza y nos inviten a ver el mundo con una perspectiva renovada, dejando atrás viejos hábitos y recuerdos que ya no nos sirven.

Sin embargo, en medio de este frenesí por el cambio, es importante reconocer que hay cosas que valen la pena conservar. Vivir cada día como si fuera el último, enfocándonos en el aquí y el ahora, nos permitiría experimentar la vida en su plenitud. Este enfoque consciente, guiado por nuestro ser interior, nos invita a elegir con intención y a vivir verdaderamente.

Recuerdo una de esas tradiciones de mi juventud: el beso de medianoche en Año Nuevo. Ese no era un beso cualquiera. Representaba las esperanzas y el romanticismo acumulados durante todo un año. En esos momentos, las campanas marcaban no solo el inicio de un nuevo ciclo, sino también el peso del año que dejamos atrás: las oportunidades aprovechadas y las que se perdieron. A veces, ese beso llegaba con alegría y euforia; otras, la chica elegía a otro galán, y la noche se teñía de tristeza y desaire. Pero incluso en esos momentos de soledad aprendí algo esencial: vivir cada instante como lo que es, un eterno presente.

Como en el cuento de Alicia, donde "siempre es para siempre", cada momento lleva consigo su esplendor único. Incluso en noches difíciles, cuando me hundía en la autocompasión y el desengaño, entendí que cada experiencia, por dolorosa que fuera, era parte de mi aprendizaje, parte de ese lienzo que vamos tejiendo con los hilos de nuestras vivencias.

Vivir en el ahora, disfrutar de cada experiencia, nos permite apreciar la vida en su esencia: un flujo constante de instantes. Podemos medirla en años, meses, días o horas, pero, en realidad, la vida ocurre en cada latido, en cada respiración. Cada día, cada instante, es una oportunidad para crecer, para vivir, para ser.

 

jueves, 10 de octubre de 2024

La muerte

 





Cuando no quieras sentir la muerte puede parecer un sueño. Pero ver la muerte, verla de verdad, hace que soñar con ella parezca ridículo. Quizás haya un momento, mientras creces cuando todo se revela, en ese instante solo como cuando llegaste a este mundo, con la diferencia de que tendrás tus experiencias, lo vivido, casi como una películas vendrán a ti todos esos momento
En el fondo a todo el mundo le gusta pensar que puede ser fuerte, pero ser fuerte no solamente es ser duro, se trata de asimilarlo. A veces tienes que darte a ti mismo permiso para no ser fuerte por una vez. No tienes que ser duro cada momento del día, está bien bajar la guardia, de hecho, hay momentos en que es lo mejor que podrías hacer, siempre que escojas tus momentos con sabiduría


En ese instante tendrás un gran sentimiento de pérdida y angustia pero la muerte no es el fin es solo otra puerta que se abre en nuestro recorrido por la existencia, Es interesante cómo nuestras creencias pueden dar forma a nuestra percepción de la muerte y de la vida en general. La idea de que la muerte es parte de un proceso continuo en nuestra existencia puede ser reconfortante y ofrecer una forma de encontrar significado y tranquilidad en la vida, Apreciar cada momento y encontrar la belleza en las pequeñas cosas puede hacer que la vida sea más rica y significativa. El deseo de crecer y mejorar constantemente, así como de valorar y honrar la vida que se nos ha dado, puede ser una fuente poderosa de motivación y propósito. Amar y ser amado, experimentar el amor en sus diferentes dimensiones, ver los diferentes rostros de Dios en cada ser a nuestro lado, Mantener una conexión positiva con los demás y con el mundo que nos rodea puede traer una gran satisfacción y plenitud a la vida, lo veo en cada movimiento del universo, a pesar de todo lo terrible que pueda ser el mundo toda vía es un bello lugar, el sol sale para todos por igual, la lluvia refresca mi cara, el aire hincha mis pulmones, la vida se abre camino de entre las cenizas y siempre la luz vence la oscuridad, La muerte es un tema profundo que ha intrigado a la humanidad a lo largo de la historia. quiero enfocar el tema no como algo terrible y oscuro, más bien como una bifurcación en nuestra existencia, una transición en nuestra existencia puede cambiar nuestra forma de relacionarnos con ella y con la vida en general, pienso que si tuviéramos presente que en cualquier momento tenemos que dar ese paso y ser besados por la parca aprovecharíamos cada instante en esta dimensión , trataríamos felices siempre, darle sentido a la experiencia de la vida, de tal forma que cuando llegue ese momento estemos satisfechos con lo logrado, el dejar una huella digna de seguir, un mejor planeta para los que nos relevan



Mantener la conciencia de nuestra propia mortalidad puede ser un recordatorio poderoso de la importancia de vivir plenamente y de manera significativa en el presente todo cambio verdadero empieza por uno mismo, ser compasivo, solidario realizar cuanto acto de bondad esté a nuestro alcance , respetar la vida en todas sus manifestaciones ser mejores humanos en resumen Ser compasivos, solidarios y buscar ser mejores personas cada día son formas poderosas de vivir una vida significativa y dejar una huella positiva en el mundo

No Eres El Ego !

 





"No eres el ego; así que, cuando descubres el ego en ti, eso no significa que has encontrado quién eres, sino que has encontrado lo que no eres. Y es a través del conocimiento de lo que no eres que puedes acercarte a descubrir ¿Quién eres en realidad? —Eckhart Tolle.

Desde la perspectiva metafísica, el ego es simplemente una creencia. Aunque parece tener una existencia propia, en realidad es una ilusión que nos hace creer que estamos separados del Todo. El ego, o lo que llamamos “yo falso”, es un sustituto engañoso de nuestra verdadera identidad. Suele inundarnos con pensamientos de muerte, separación, escasez y pérdida, creando una necesidad constante de autoafirmación.

Una de las primeras trampas es creer que el ego representa nuestra verdadera identidad. El ego no es más que una confusión acerca de quiénes somos en realidad. Es un falso sustituto de nuestra verdadera esencia, a menudo tratando de silenciar la voz de la conciencia mediante pensamientos centrados en "muerte, separación, escasez y pérdida", y una constante necesidad de satisfacerse a sí mismo. El ego controla nuestros pensamientos, sentimientos y creencias, y algunos afirman que es una inmensa prisión que hemos construido para nosotros mismos.

Mientras que lo verdadero es eterno, el ego nos aterroriza con el concepto de muerte, alejándonos de nuestra esencia eterna. Aunque debemos cuidar nuestro cuerpo, el miedo a la muerte es una distracción del ego que nos impide reconocer nuestra verdadera inmortalidad. Jesús nos recuerda que la vida continúa más allá de la muerte: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”

El ego también alimenta la creencia en la pérdida. Según "Un Curso de Milagros", "Nada Real puede ser amenazado, Nada Irreal existe. En esto radica la Paz de Dios". La ley de dar y recibir demuestra que, al dar, también recibimos. Al entregarnos a los demás con bondad, compasión, perdón, paz y amor verdadero, no sufrimos pérdida alguna. Aunque mantenemos una lealtad al ego, que nos lleva a una relación constante de dar y recibir lo efímero y perecedero, dentro de nosotros hay una voz que nos dice: no tengas miedo, solo confía, pues el universo está dispuesto para tu crecimiento y felicidad. . Esa voz es lo que llamo conciencia.

El perdón, junto con la bondad y la compasión, son prácticas que nos conectan con nuestra conciencia, con la voz de Dios en nuestro interior, nuestro Ser Verdadero. Perdonarnos libera de la influencia del ego y nos acerca a la verdad. Esta idea resulta inaceptable para el ego, que justifica la venganza bajo la apariencia de justicia. El mundo ha creado una imagen de Dios como un ser justo, vengativo y castigador, como si Dios tuviese el ego más grande del universo. Sin embargo, Dios es esencialmente Amor. El amor es paciente, bondadoso, no envidia ni se jacta, no se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, y no guarda rencor. El amor no se regocija en la maldad, sino en la verdad. Todo lo disculpa, cree, espera y soporta.

Voltaire dijo: "Dios creó al hombre a Su propia imagen y luego el hombre le devolvió el cumplido". El Dios que creamos es realmente la imagen de nuestro propio ego.

El juicio es uno de los pensamientos que engrandece al ego. El ego constantemente juzga a los demás ya nosotros mismos, manteniéndonos en debates sobre lo bueno y lo malo, lo racional y lo irracional, la locura y la cordura. El ego define y etiqueta todo, y el perdón desde el ego se convierte en condonación. El ego nos mantiene en el odio, la ira y la separación. La idea de vernos como iguales, únicos y creados a imagen del amor es inconcebible para el ego, que perpetúa la separación y nos impide ver a Dios en todo y en todos. Creer que Dios es un ente inalcanzable y distante perpetúa el sentimiento de separación, mientras que la verdad es que Dios está en cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros es una expresión única de Dios. Practicar el perdón disuelve esa separación y nos reconecta con la fuente de todo.

En la mente de Dios no existe la carencia, la muerte, la separación o la pérdida. Todos estos pensamientos y creencias han sido plantados por nuestro ego y el ego colectivo. Jesús dice: "Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?" Todo el universo está diseñado para nuestro crecimiento y felicidad, pero el ego ha implantado la idea de carencia, llevándonos a competir y ver a cada ser como un enemigo a vencer.

El ego establece un ciclo de culpa y ataque: cuanto más culpables nos sentimos, mayor es nuestra necesidad de negar nuestra culpa y atacar a los demás. Este ciclo perpetúa la culpa y el conflicto. La verdadera solución es el amor. En un mundo lleno de violencia y odio, es esencial que nuestra luz interior se extienda a todos los aspectos de nuestras vidas. Al elegir el amor sobre el ego y practicar el perdón, podemos contribuir a una resolución más pacífica y justa en nuestras comunidades.

El verdadero objetivo de la justicia es buscar el bienestar común y restablecer el orden en la sociedad. Su propósito es corregir daños o injusticias mediante procedimientos equitativos, respetando las leyes y derechos de todas las partes involucradas. La violencia, el odio y la ira no resuelven los conflictos; solo el amor, con el perdón como primer paso, puede ofrecer una solución efectiva. 

Sueños Rotos









Como los niños que traen sus juguetes rotos llorando para que los arreglemos, yo le llevé mis sueños rotos a Dios, porque Él era mi amigo. Pero en lugar de dejarlo en paz para que trabajara a su ritmo, me quedé cerca e intenté ayudar a mi manera. Finalmente, se los arrebaté y grité: “¿Cómo puedes ser tan lento?” “Hijo mío”, respondió Él, “¿qué podía hacer? No les diste alas en ningún momento.”

Cuando era pequeño, me preguntaba si Dios sabía que existía, si escuchaba mis oraciones, cómo podía estar en todas partes. En ese entonces, la respuesta siempre era: “Eso es uno de los misterios de Dios.” Hoy, muchas de mis preguntas de infancia y juventud han encontrado respuestas. Aunque ya no me preocupa tanto este tipo de cuestiones y me concentro más en afirmar el amor en mí, a veces deseamos que Dios haga nuestra voluntad en lugar de nosotros hacer la suya. Este deseo del ego de tener la razón nos lleva a pensar que sabemos lo que es mejor para nosotros. Luchamos contra la voluntad de la fuente, empeñándonos en ir en contra de la energía que mueve el universo en lugar de fluir con ella.

Por ejemplo, los viajes espaciales requieren una gran cantidad de energía porque luchan contra la gravedad. Los científicos están estudiando la posibilidad de aprovechar estas fuerzas en lugar de enfrentarse a ellas. De hecho, el gobierno de Estados Unidos ofrece grandes sumas de dinero a quien resuelva este problema.

Durante mucho tiempo, hemos mirado en la dirección equivocada, creyendo que la felicidad está en las cosas materiales, en otras personas, en ascender en la sociedad, o en lograr estatus académico. Recientemente, un hombre se presentó en mi trabajo y me dijo: “Tengo 50 años, hablo cuatro idiomas, he viajado por el mundo, tengo una maestría, y siento un gran vacío en mi vida.”

Esto ilustra que vivimos en contra del propósito con el que fuimos diseñados. Nacimos para experimentar el amor y la verdadera felicidad, pero pensamos que los logros externos nos darán felicidad. En realidad, es al revés: soy feliz, y a partir de esa felicidad, puedo cumplir mis sueños. Si no los cumplo, sigo siendo feliz, pues entiendo que mi estancia en este mundo es temporal, pero la verdadera felicidad es eterna. Hemos mirado hacia afuera en lugar de dentro, donde construimos nuestro mundo y experimentamos el amor. Dios nos habla a través de la conciencia, y cuando alguien nos habla, es otro yo, porque Dios está en todo y en todos.

Lo que parece importante por la mañana, por la noche a menudo pierde sentido. Esto se aplica a todos los aspectos de este mundo físico. Por la mañana, corremos para no llegar tarde al trabajo o al estudio, y eso nos parece crucial. Nos invade la angustia y la impaciencia, y después de sufrir y afectar a los demás con nuestra falta de paz, al final del día, ni siquiera recordamos nuestra premura. Lo mismo ocurre con nuestra existencia física: cuando somos jóvenes, queremos hacerlo todo, comer de todo, acumular bienes y títulos. Perdemos la salud buscando dinero, y luego perdemos el dinero tratando de recuperar la salud.

Creo que debemos ir despacio y apreciar la vida. El propósito de la vida es vivir y ser feliz. En la simpleza de las cosas se encuentra la grandeza de la vida. Cada pequeño movimiento tiene la energía de la Fuente. Los milagros no siempre tienen que ser espectaculares; tú eres un milagro, la lluvia es un milagro, y el hecho de que alguien se ocupe de ti también lo es. Incluso los tiranos sienten amor. La infinita gama de posibilidades que Dios nos da para practicar el amor verdadero es maravillosa
 

Amor más allá de la Tolerancia

 











"En estos tiempos de conflicto, especialmente cuando miramos a regiones como Medio Oriente, es fácil caer en el ciclo del juicio y la intolerancia. Sin embargo, es en estos momentos cuando más necesitamos recordar que el amor verdadero es la única respuesta que puede traer paz y sanar las heridas de la humanidad. Quiero compartir una reflexión personal que escribí hace un tiempo, con la esperanza de que resuene en los corazones de aquellos que buscan una solución más profunda, más allá de la violencia y el odio."


Hace un tiempo, me encontré investigando sobre una corriente religiosa que ha ganado cierto auge en los últimos años. Comencé mi búsqueda leyendo un artículo sobre la tolerancia religiosa, con el firme propósito de mantenerme objetivo e imparcial. Conversé con algunas personas para ampliar mi perspectiva y pronto me vi reflexionando sobre lo que realmente significa tolerar las creencias ajenas.
La definición común de tolerancia religiosa dice: “La tolerancia religiosa significa respetar y aceptar la existencia de otras formas de vida, creencias e ideas, o incluso la no creencia en ninguna religión”.


En este mundo tan diverso y plural, la verdadera tolerancia exige que individuos e instituciones reconozcan esta diversidad y se abstengan de imponer sus dogmas más allá de su comunidad de fe. Cada sistema de creencias tiene su lugar y su validez para quienes lo practican, pero no debe ser utilizado para controlar o influir en quienes no comparten esa visión.
Mientras meditaba sobre esto, me dije a mí mismo: "¿Estoy siendo prejuicioso?" Y fue entonces cuando algo en mi interior respondió: "El juicio es una distracción". Una distracción que nos aleja del verdadero propósito que nos une como seres humanos, como hijos de Dios: el amor. No es el juicio lo que nos guía, sino el amor verdadero, aquel que no busca imponer, sino comprender, aquel que respeta sin esperar nada a cambio.


Me resulta fascinante cómo la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece con claridad que toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Este derecho incluye la libertad de cambiar de creencias y de manifestar su religión de manera individual o colectiva, ya sea en público o en privado. Sin embargo, creo que este concepto de tolerancia se queda corto. No es suficiente simplemente aceptar la existencia de otras creencias; debemos ir más allá.
Más que la tolerancia, es el amor lo que realmente puede transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean. El amor no busca imponerse ni controlar; no se limita a aceptar diferencias, sino que las abraza. Es la prueba más pura de nuestra naturaleza divina. Al final, lo importante no es si colocamos la cama de un lado o del otro, ni si creemos que el aroma de una flor puede curar. Tampoco importa si nos consideramos profetas, apóstoles, chamanes o gurús. Lo único que trasciende es el amor.

Al recordar las palabras de un antiguo texto, resuena en mi corazón:
"Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, pero no tengo amor, nada soy. El amor es paciente, bondadoso; no tiene envidia, ni se jacta, ni es arrogante. No busca lo suyo, no se irrita, ni toma en cuenta el mal recibido. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser".

Al leer estas palabras por primera vez, me prometí que mi religión sería el Amor Verdadero. Mi objetivo en la vida sería aprender a amar en su sentido más profundo. Hoy comparto contigo esta reflexión para que, al igual que yo, no te distraigas. A menudo me doy cuenta de que, incluso con las mejores intenciones, me pierdo en trivialidades. Soy ese metal que resuena sin propósito, porque, en el fondo, lo que realmente nos hace vivir y ser es el Amor, y Dios es Amor, sin importar el nombre que le demos.

Vivimos en un mundo lleno de distracciones, de entretenimientos que nos roban la paz y nos hacen perder de vista lo que verdaderamente importa: ser felices y vivir en amor. Nos olvidamos de que nuestra meta principal en este viaje es unirnos en esa energía divina que es el Amor, que todo lo abarca y todo lo transforma.

miércoles, 11 de octubre de 2023

Un nuevo conflicto

 


 


 

 

¡Vuelvo a casa!

 Quita de nuestras almas todo dolor y fatiga.

Permite que nuestras vidas testifiquen La belleza de tu paz.

Susurra sobre nuestro deseo. Tu frescura y tu bálsamo;

Deja los sentidos dormir, la carne descansar, manifiéstate con terremoto, viento y fuego.

O voz serena y tranquila.

 

 

 

 

 

Los tambores que guerra retumban hoy una vez más, las aves de rapiña se prestan al festín, la gente se acuña en un bando u otro, las redes sociales se inundan de noticias, imágenes desgarradoras que son las que venden, las que son útiles para hacer pensar a otros que mi bando está en lo correcto, que yo tengo la razón, pero lo cierto es que con cada guerra la humanidad da un paso atrás, tratamos de justificar la muerte y sufrimiento por “causas razonables o justas” aunque estemos a miles de kilómetros del ojo de la tormenta todos somos afectados, todos somos perdedores, siempre han existido razones para hacer la guerra, algunos alucinamos pues después de miles de años de haber abandonado las cavernas no somos capaces de resolver los conflictos por la vía del diálogo y la negociación,

 

 

La construcción de un mundo de paz es un objetivo noble y deseable que requiere esfuerzo, compromiso y cooperación a nivel global, tanto en forma individua como colectivo, A continuación, se presentan algunas formas en las que podemos contribuir a la construcción de un mundo más pacífico:

 

Educación y Conciencia : La educación desempeña un papel fundamental en la promoción de la paz. Promover la comprensión, la empatía y el respeto por otras culturas y perspectivas puede ayudar a reducir prejuicios y estereotipos, que a menudo son la base de conflictos.

 

Resolución Pacífica de Conflictos : Fomentar la resolución pacífica de conflictos a nivel local, nacional e internacional es esencial. Esto incluye la mediación, la negociación y el diálogo como alternativas a la violencia y la guerra.

 

Derechos Humanos y Justicia : La promoción y protección de los derechos humanos son fundamentales para la paz. La justicia, la igualdad y la rendición de cuentas son pilares para prevenir conflictos y mantener la paz.

 

Desarme y Control de Armamentos : Reducir la proliferación de armas y promover el desarme son pasos críticos para prevenir la escalada de conflictos y la violencia.

 

Cooperación Internacional : La colaboración y la cooperación entre naciones son esenciales. Las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas desempeñan un papel crucial en la promoción de la paz y la diplomacia.

 

Promoción de la Tolerancia y la Diversidad : Fomentar la tolerancia y celebrar la diversidad cultural y étnica contribuye a sociedades más armoniosas y menos propensas a conflictos.

 

Desarrollo Sostenible : La erradicación de la pobreza, el acceso a servicios básicos y el desarrollo económico sostenible son componentes clave de la paz y la estabilidad.

 

Participación Ciudadana : Involucrar a la sociedad civil en la toma de decisiones y en la construcción de la paz fortalece la democracia y la estabilidad.

 

Medios de Comunicación Responsables : Los medios de comunicación tienen un papel importante en la formación de opiniones. Promover la información precisa y la comunicación responsable es fundamental.

 

Compromiso Individual : Cada uno de nosotros puede contribuir a la paz a través de nuestras acciones cotidianas. Tratar a los demás con respeto, promover la no violencia y ser un defensor de la paz en nuestra comunidad son pasos importantes.

 

Es importante recordar que la construcción de un mundo de paz es un proceso a largo plazo y que requiere el compromiso de individuos, comunidades, gobiernos y organizaciones internacionales. Cada pequeña acción positiva puede tener un impacto acumulativo en la búsqueda de un mundo más pacífico y justo. Cada individuo y comunidad puede desempeñar un papel significativo en esta misión trabajando juntos para abordar las raíces de los conflictos y promover la paz, la justicia y la igualdad,  deseo  recalcar  “La paz es un estado de tranquilidad y ausencia de conflictos o violencia. Es un concepto amplio que va más allá de la mera ausencia de guerra o lucha armada y abarca la armonía, la serenidad, la estabilidad y la convivencia pacífica. La paz puede manifestarse a nivel individual, en las relaciones interpersonales, en comunidades, en naciones y en el mundo en su conjunto”.

 

 

 

 

martes, 25 de enero de 2022

Las Mascaras

 

 

 

 

 

 


La vida no es más que un interminable ensayo, de una obra que jamás se va a estrenar, por lo menos en este plano físico donde todos somos actores que interpretan diferentes papeles usamos distintos disfraces, máscaras y maquillaje el mágico proceso por el que un cuerpo que tiene voz cree que tiene también cerebro, el momento exacto en el que una actriz o actor cree que son suyas las palabras que dice y los pensamientos que expresa, pero olvida que ha sido condicionado por el sistema por su cultura, por el marco temporal, pero sobre todo por nuestro ego, la mayoría de los actores no se percatan de que esta obra ha sido escrita por quienes mueven los hilos del poder, nos hemos convertido en los instrumentos que suenan al compás de la música que ha sido escrita por  los verdaderos autores,
Ya es hora de que el piano se dé cuenta de que no ha escrito él el concierto solo resuena.

 

Cuando me pongo esa máscara puedo hacerlo todo, ser cualquier cosa.Tal vez cuando me presento en público,  puedo usar la máscara de la confianza y de la sofisticación, o bien la derrota o la angustia, algunos nos encanta Halloween, es la única época del año en la que todo el mundo se disfraza, no solo yo. A la gente le divierte fingir ser un monstruo, yo me paso la vida fingiendo no serlo. Hermano, amigo, novio, tirano, héroe   todo es parte de mi colección de disfraces. Algunos pensarán que soy un fraude; Yo prefiero pensar que soy un maestro del disfraz


 

Todo efecto mágico consta de tres partes o actos. La primera parte, es la presentación: el mago muestra algo ordinario, una baraja de cartas, un pájaro o una persona. El mago lo exhibe, os puede invitar a que lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro. Todo es normal. Pero claro, probablemente no sea así. El segundo acto es la actuación: el mago, con eso que era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces intentareis descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo, no queréis saber cuál es. Lo que queréis es que os engañen. Pero todavía no aplaudiréis. Que hagan desaparecer algo no es suficiente, tienen que hacerlo reaparecer. Por eso, todo efecto mágico consta de un tercer acto, la parte más complicada de este acto, es el prestigio estamos tan acostumbrados y educados a vivir en el mundo de la ilusión que este mundo nos parece la realidad  cuando en realidad es solo un acto de ilusión.


 

Einstein dijo que cuanto más estudiaba el universo, más creía en un poder supremo, ese poder supremo es básicamente amor y es lo único verdaderamente real en universo, yo le llamo la fuente de donde todo proviene, esa fuente está en mí y en cada partícula de la creación lo es todo y nada a la vez y en la medida en que conecte con ella tengo menos necesidad de usar disfraces y soy más consiente del papel que interpreto en esta obra y que todo en este plano es una ilusión lo que me permite usar mi tiempo en conectar con lo verdadero, con lo eterno mi espíritu, esa fuente me conoce sin máscaras, sin juicio, desnudo tal cual soy.

sábado, 22 de enero de 2022

El árbol.

 

 

 


 

 

 

En la cadena de la especie el árbol es un logro en sí mismo, en muchas culturas, ha representado al hombre, en la fe judío-cristiana se menciona desde el génesis al apocalipsis.

Es una escultura viviente, el árbol es un desafío a la gravedad su tendencia perenne hacia las alturas, en un infinito camino a luz, al cielo, Jesús se refería a sí mismo como un árbol de vida, cuyo fruto es eterno, pues el árbol es el único ser en movimiento perpetuo hacía en cielo.

 

Si observamos los árboles centenarios, pensemos en cuantos embates han sufrido año con año, en el invierno el frio y el peso de la nieve, la alegría y color de la primavera, los cálidos veranos en ocasiones azotados por las llamas y la sequía y finalizando con el otoño el sentir d renovador, el desapego, hasta que caiga su última hoja, para iniciar un ciclo más en su eterno crecimiento a lo celestial.

 

Cada vez más cerca de la luz, su mirada siempre en las alturas, su único deseo crecer, despacio sin prisa, conforme se expone a la luz su follaje aumenta, cuando sus hojas caen se mesclan con diferentes sustancias y organismos para formar los suelos de donde resúrgela vida, de la que el mismo es su monumento resistiendo los golpes de las tormentas y la sequias.

 

Es de esta forma que el árbol cumple con su propósito, esta analogía, es imagen para nosotros, pues nuestro propósito es crecer, a pesar de los obstáculos, fluyendo al cielo, permitiendo que la luz sea en nosotros, enraizados en el amor, sobre el suelo firme de lo eterno, podando nuestro ser del odio, los celos, el resentimiento, en fin del no amor, permitiendo que la felicidad, la humildad, la paz y toda bondad aniden en nuestras ramas, al sombra de nuestro follaje es posible que otras especies y otros árboles crezcan, y su ves los demás contribuyen a nuestro crecimiento, seamos ese árbol que da fruto a su tiempo y donde se ven protegidos los demás, pues es de tronco firme y crese en buen terreno, regado por el roció del Amor.

 

Vivimos momentos decisivos para cada uno y para la humanidad debemos mantener una actitud de árbol firme sumergiendo nuestras raíces en el suelo fértil del Amor Verdadero, viviendo el presente siendo ese ser que da frutos todos los días del año y que pese a los acontecimientos decide crecer a las alturas

 

 

Que el amor sea en ti

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