jueves, 28 de febrero de 2019

la Paz comienza en tu mente y corazón.




Si alguno dice: Yo amo a Dios,
pero   aborrece a su hermano, es
mentiroso. Porque el que no ama
a su   hermano a quien ha visto,
cómo puede amar a Dios a quien
no ha visto?
 Y nosotros tenemos este
mandamiento de el: El que
 ama a Dios, ame también a su
hermano.


“Me duele Venezuela” “Tambores de guerra en Suramérica” “América Latina en la encrucijada” las redes sociales desbordadas de noticias, imágenes y videos prácticamente nadie se ha escapado de un comentario, el pan de cada día en los telediarios, los debates en los senados y parlamentos de la mayoría de los países del mundo, apoyando o en contra de uno u otro bando pareciera que nada ni nadie se ha podido evadir del conflicto venezolano.
Tras la segunda guerra mundial se han presentado unos 248 conflictos armados, ya en la segunda guerra usamos dos bombas nucleares, hoy en día contamos una capacidad de destrucción infinitamente mayor, capaces de acabar con  este planeta y todo ser viviente un buen número de veces, también hemos desarrollado armas químicas como el agente naranja, el ataque por virus y enfermedades para diezmar la población de “nuestros enemigos”  en fin podría dedicar paginas y paginas de datos sobre como nosotros la humanidad nos matamos los unos a los otros básicamente  por el egoísmo, el deseo poder y de poseer las riquezas de otros.

Algunos de nosotros hemos elegido recorrer un camino de vida que permita nuestro desarrollo espiritual, ya sea a través de la religión o de una relación directa con lo que llamamos el Creador, Dios, Alá, jehová o como en mi caso le llamo la fuente de donde todo emana, en todo caso el solo hecho de considerarse creyente implica aceptar que todos los seres humanos  estamos hechos a imagen y semejanza de esta fuente, estamos aceptando una condición de igualdad, igualdad que no quiere decir  que todo debemos pensar y actuar iguales, creo que la maravilla, lo mágico y divino de  nuestra especie es la diversidad, como Dios a partir de dos ojos, una nariz, dos orejas , una boca y fin los rasgos generales que forman la personalidad de cada uno  a conformado una infinita variedad no solo físicamente, también de pensamiento y creencias.

Me llama poderosamente el hecho de el conflicto entre los venezolanos se allá extendido por todo el planeta, como nos hemos dejado manipular por los medios, y los grandes intereses, al punto que muchos hemos perdido nuestro norte y abandonado la creencia de que hay que amar al prójimo, de que todos somos hijos de Dios, los medios nos han estado utilizando para respaldar sus noticias falsas, las potencias nos han manejado a su antojo y en mi opinión se debe a lo endeble nuestras convicciones, hemos olvidado una de las principales leyes espirituales “ la ley de la siembra y la cosecha” si deseamos que en Venezuela exista la paz debemos sembrar paz, no se apaga un incendio con gasolina, pues lo que el hombre siembra eso recoge, bien lo decía Francisco de Asís   donde haya oscuridad ponga yo Paz…. No es asumiendo partido como se logra la unidad, solo a través del dialogo y la negociación que logra la conciliación el mundo hoy en día está más necesitado de Amor que de otra cosa convirtámonos en la Voz de la Luz, de la Paz, del Amor, contribuyamos a la unida, No seamos el eco de las voces de la guerra y del odio.

La mejor ayuda que podemos dar a los hermanos venezolanos es siendo luz nosotros no teniendo dar y recibir con los agentes de del odio y la guerra, y si la cuestión es llevar ayuda humanitaria creo es mejor a través de entes que no tengan ningún interés egoísta ni sectario en ello como la Cruz Roja o Naciones Unidad, pero también recordemos que personas sufriendo en Haití, Siria, Yemen en Centro América y en tu país cerca de tu barrio y cerca de tu casa e incluso en tu familia,

la Paz comienza en tu mente y corazón.



 Que el Amor sea en Tod@s en todo


Generaciones enteras vivirán por lo que ha hecho

  En el otoño de mi vida, me siento un escéptico. Y en cierto modo lo soy. El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero. Pero de al...