martes, 15 de septiembre de 2020

La Humanidad

 


“De Dios no proviene ni el bien ni el mal, ¿por qué nos quejamos entonces en lugar de enmendar nuestros actos?” (Lamentaciones 3-38).

 Desde que puedo recordar, siempre hemos miedo. Miedo al fracaso, a decepcionar a la gente, a hacerles daño, a que nos lo hagan, Pensamos que, si se está en guardia y nos centramos en otras cosas, mantenernos lejos de otras personas, entonces nada nos haría daño. Nos da miedo la muerte, lo desconocido, No sólo nos cerramos al dolor. Está bien vivir el ahora, pero lo mejor del ahora es que hay otro mañana, Desde el principio de los tiempos se ha venido llevando una batalla en la sombra entre los ejércitos de la Luz y la oscuridad. Puede librarse a gran escala o bien dentro del corazón de un simple individuo, o incluso de un niño. La oscuridad ha tomado muchas formas y ha usado las más siniestras artimañas. Vivimos en una era en la cual la Humanidad está al borde de la extinción y antes de continuar debo establecer que se entiende por Humanidad, En su uso más general y amplio se dice que la humanidad es aquel conjunto conformado por seres humanos o sea a la especie de los hombres. Es decir, que el concepto se vincula estrechamente con el género humano. Por otra parte, y la cuestión que más nos interesa, la humanidad puede ser aquella bondad y sensibilidad que una persona le demuestra a su prójimo a sus pares y que se manifiesta en su manera de actuar tendiente siempre a evitarles algún daño o complicación en su existencia y a tenderles una mano cuando lo necesitan es a este aspecto en el que deseo centrarme. El trato humano es algo fundamental para que una sociedad goce de una total armonía.


Desde antes de la pandemia que estamos viviendo, muchos hablábamos de la posibilidad de la extinción de la humanidad. La sociedad de hoy a la cual llaman posmodernismo no es más que la consecución del consumismo excesivo la radicalización de capitalismo ahora como la única alternativa económica y pese a los argumentos de quienes defienden y promueven este tipo de organización de la sociedad sigue vigente la marginación de las minorías. Las instituciones sociales cambian.  Se promueven los conflictos armados tan solo para satisfacer los deseos e intereses de quienes mueven los hilos de la desigualdad.  Desde hace algunas décadas pensábamos que una guerra nuclear acabaría con el hombre y la humanidad El destino que tuvo el descubrimiento de la enorme energía que se liberaba con la fusión nuclear, convertida en energía atómica y poco después en arma nuclear, demostró que nuestro poder podía ser utilizado contra nosotros mismos tenemos armamentos nucleares como para destruir el planeta y toda la vida una buena cantidad de veces.


Además, hemos seguido ensayando como humanidad, no sólo esa energía como arma, sino también los conocimientos químicos y biológicos sobre virus y genética y ya se han aplicado a lo largo de todo un siglo, no solo como arma, sino que se han ensayado sobre las poblaciones, hoy somos mas eficientes para matar y controlar.

No debemos ser ingenuos y pensar que nada tenemos que ver con las tragedias de la humanidad. Hemos ocasionado –la especie humana– más aniquilación que todas las demás criaturas del mundo y los cataclismos naturales. Hoy los hombres recogemos los frutos de nuestra cosecha y no hablo de la eclosión demográfica, ni del cambio climático o de millones de animales sometidos al sufrimiento y la miseria antes de consumirlos o por puro entretenimiento, si los hombres merecemos desaparecer y planteado así sería un asunto de justicia poética, realmente los hombres hemos sido una pésima tripulación para guiar esta nave que llamamos Tierra,  pero como un asunto de filosofía moral no hay lugar a dudas que no sería nuestra desaparición como especie un trastorno sino una gran suerte, una verdadera fortuna para la naturaleza y el propio planeta. El Hombre y su larga lista de crímenes y excesos, guerras de siglos, genocidios y destrucción no inspiran mucha simpatía. La perversión de la democracia liberal, el uso macabro de la fuerza policial al servicio de los grandes intereses y la profunda distorsión de organismos de coordinación del bien común (ONU, OEA, OMS)


 

 Esta  consecución de  acciones de causa y efecto, de siembra y cosecha  y que la pandemia ha dejado en evidencia, como el aislamiento, la utilización del miedo como instrumento de dominación, y aprovechamiento a nivel local para desarrollar acciones contra la población  vemos como muchos actores se han aprovechado de la situación llevando a los sectores más vulnerables de la sociedad a situaciones extremas si alimentos y si posibilidad de acceso a los servicios sanitarios de violación de  los derechos fundamentales la perdida de libertades, pero también a nivel individual se ha puesto de manifiesto quienes somos esa pandemia ha sacado lo peor y lo mejor de las personas pero como sociedad nos ha puesto en evidencia, pues es en la crisis donde brota nuestra verdadera esencia  de las personas es en esta situaciones  en que nos damos cuenta cuales son nuestras verdaderas  creencias, nuestros valores y principios.


 

Pienso que la Humanidad de continuar en este rumbo se aproxima a la extinción, y no hablo de la desaparición de los seres humanos, me refiero a las acciones que nos hacen realmente humanos, lo que nos haría merecedores del puesto de Señores de la creación, pero esto depende lo que cada uno de nosotros determine como su naturaleza, en que mundo deseamos vivir, en mi caso tengo la esperanza en que la humanidad encontrará su camino hacia una sociedad justa, un mundo de paz desarrollando aquello que nos hace humanos, una cultura basada en el corazón, donde valores como bondad, solidaridad, empatía y respeto guíen las decisiones que hagamos a diario como individuos y como sociedad, algunos dirán eso es una mera utopía, pero que es la vida sino una utopía una gran obra donde los actores escribimos la historia.


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