domingo, 7 de agosto de 2016

Tu Mente, Tu Corazón, Tu Conciencia





De un tiempo a la fecha no pasa un solo día sin que piense en Dios, todos estos días desde que despierto hasta cuando cierro mis ojos siento su presencia, este sentimiento hace posible que mi ser se encuentre en paz, y no es que no sufra los embates de este mundo, pero mi fe en su permanencia hace posible que mi alma se llene de paz y amor, esta presencia es algo real, ella me ayuda a disipar la importancia de mis preocupaciones, problemas, logros y posesiones.



Cuando elegí creer en la existencia de Dios, me hice responsable de todo lo que aparejaba esta elección, de hecho siempre he tomado mis propia elecciones, he tomado un camino diferente resistiéndome a la culturalización soy consciente de que el curso de cada uno de nosotros es único, y que lo que funciona para mí no necesariamente sirva para otro, y sin quieres juzgar o interpretar a los demás, de hecho no deseo que sigas mi camino, y mis reglas, no es mi intención convencerte de nada, y mucho menos cambiar tu fe o tener la razón.






En mi experiencia he visto como las personas permiten o depositan la responsabilidad de guiar sus vidas a otros, por lo que te sugiero que te empoderes de tu vida, pienso que de esta manera reduciremos los conflictos y sentimientos de fracaso y remordimientos, que nos impiden encontrar el sentido de la vida, algunos tiene la creencia que este es el que hemos venid a este mundo a aprender, desde mi fe creo que hemos venido a experimentar las diferentes dimensiones del amor
Y en ese sentido no es necesario aprender, ya que amar es inherente a la condición humana nacemos sabiendo amar.



El punto es que debes escuchar la voz interna, tu conciencia y vivir conscientemente desde tu ser verdadero, que aplique las ordenes que hagan eco en ti, mi intención no es decirte como debes manejar tu vida, mi intención es que tu tengas el control de tus elecciones y que tengas una buena relación con Dios. Cuando nos sentimos llenos de paz y amor es natural el querer compartir eso que tienes con los demás.  




Mantener una apertura de mente y corazón, me niego a aceptar que existe una sola forma de hacer las cosas, cuando se es cerrado de mente y corazón se tiene la creencia de que esta en lo correcto, puede ser que hoy diga una cosa y mañana la contradiga, existe un vasto mar de posibilidades, me niego a ser pesimista y darme por vencido, una mente abierta nos permite ser creativos, innovadores y a crecer, manteniendo una luz en nuestro interior, teniendo en cuenta que la presencia de Dios lo abarca todo, recuerda que el amor ahuyenta al miedo, pero también funciona al revés, el florecimiento de los milagros, ocurren cuando escuchamos la voz de Dios en nuestro interior, los verdaderos milagro se dan cuando mantenemos una mente y un corazón abiertos a pesar de lo que nos suceda, esta fe que básicamente se cimienta en la idea de que si Dios está en mí, nada podrá derrotarme, muchas personas que hemos experimentado milagros en nuestras vidas, he tomado la decisión de cambiar nuestra personalidad, de hecho nuestra visión de la realidad ha cambiado ya no es la que el mundo ha programado y empezamos a sentirnos como hijos de Dios lo que nos permite experimentar sus milagros, el de la vida, el milagro del amor, la paz interior, el perdón, la bondad, la paciencia, y la felicidad.  




Lo que pensamos se expande, si nuestra mente y corazón están llenos de dudas y cerrados actuaremos en consecuencia a ellos, pero y si decides abrir mente y corazón seremos creadores y receptores de milagros pero solo si no visualizamos como hijos de Dios, acreedores de un infinito potencial de energía, de bondad, de luz, de amor, pero solo si lo pensamos y lo creemos, en la Biblia dice “el hombre como piensa es” ¿nos pensamos y creemos como hijos de Dios? O seguimos obedeciendo al acondicionamiento del mundo, creo que unido a la comisión de que eres hij@ de Dios está el liberarse de los apegos en lo que somos condicionados, abandona la insistencia en tener la razón, de poseer a alguien o a algo, de ganar a toda costa, una mente abierta opone resistencia a los apegos, eso nos libera de la angustia y experimentamos paz interior y unidad con el amor o lo que es lo mismo unidad con Dios.   


















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