Si alguno dice: Yo amo a Dios,
pero aborrece a su
hermano, es
mentiroso. Porque el que no ama
a su hermano a quien ha
visto,
cómo puede amar a Dios a quien
no ha visto?
Y nosotros tenemos este
mandamiento de el: El que
ama a Dios, ame también a su
hermano.
“Me duele Venezuela” “Tambores de guerra en Suramérica” “América Latina
en la encrucijada” las redes sociales desbordadas de noticias, imágenes y
videos prácticamente nadie se ha escapado de un comentario, el pan de cada día
en los telediarios, los debates en los senados y parlamentos de la mayoría de
los países del mundo, apoyando o en contra de uno u otro bando pareciera que
nada ni nadie se ha podido evadir del conflicto venezolano.
Tras la segunda guerra mundial se han presentado unos 248 conflictos
armados, ya en la segunda guerra usamos dos bombas nucleares, hoy en día
contamos una capacidad de destrucción infinitamente mayor, capaces de acabar
con este planeta y todo ser viviente un
buen número de veces, también hemos desarrollado armas químicas como el agente
naranja, el ataque por virus y enfermedades para diezmar la población de
“nuestros enemigos” en fin podría
dedicar paginas y paginas de datos sobre como nosotros la humanidad nos matamos
los unos a los otros básicamente por el egoísmo,
el deseo poder y de poseer las riquezas de otros.
Algunos de nosotros hemos elegido recorrer un camino de vida que permita
nuestro desarrollo espiritual, ya sea a través de la religión o de una relación
directa con lo que llamamos el Creador, Dios, Alá, jehová o como en mi caso le
llamo la fuente de donde todo emana, en todo caso el solo hecho de considerarse
creyente implica aceptar que todos los seres humanos estamos hechos a imagen y semejanza de esta
fuente, estamos aceptando una condición de igualdad, igualdad que no quiere
decir que todo debemos pensar y actuar
iguales, creo que la maravilla, lo mágico y divino de nuestra especie es la diversidad, como Dios a
partir de dos ojos, una nariz, dos orejas , una boca y fin los rasgos generales
que forman la personalidad de cada uno a
conformado una infinita variedad no solo físicamente, también de pensamiento y
creencias.
Me llama poderosamente el hecho de el conflicto entre los venezolanos se
allá extendido por todo el planeta, como nos hemos dejado manipular por los
medios, y los grandes intereses, al punto que muchos hemos perdido nuestro norte
y abandonado la creencia de que hay que amar al prójimo, de que todos somos
hijos de Dios, los medios nos han estado utilizando para respaldar sus noticias
falsas, las potencias nos han manejado a su antojo y en mi opinión se debe a lo
endeble nuestras convicciones, hemos olvidado una de las principales leyes
espirituales “ la ley de la siembra y la cosecha” si deseamos que en Venezuela
exista la paz debemos sembrar paz, no se apaga un incendio con gasolina, pues
lo que el hombre siembra eso recoge, bien lo decía Francisco de Asís donde
haya oscuridad ponga yo Paz…. No es asumiendo partido como se logra la unidad,
solo a través del dialogo y la negociación que logra la conciliación el mundo
hoy en día está más necesitado de Amor que de otra cosa convirtámonos en la Voz
de la Luz, de la Paz, del Amor, contribuyamos a la unida, No seamos el eco de las
voces de la guerra y del odio.
La mejor ayuda que podemos dar a los hermanos venezolanos es siendo luz
nosotros no teniendo dar y recibir con los agentes de del odio y la guerra, y
si la cuestión es llevar ayuda humanitaria creo es mejor a través de entes que
no tengan ningún interés egoísta ni sectario en ello como la Cruz Roja o
Naciones Unidad, pero también recordemos que personas sufriendo en Haití, Siria,
Yemen en Centro América y en tu país cerca de tu barrio y cerca de tu casa e
incluso en tu familia,
Que el Amor sea en Tod@s en todo